lunes, 17 de enero de 2011

BARES SIN HUMO


Dos semanas sin humo en los bares. Esto es empezar el año con buen pie. Un triunfo.
Antes, cuando entraba en un bar, fumaba pasivamente y si además entraba con los niños (solía evitarlo siempre que podía) estaba preocupada de que el humo del señor de la mesa de al lado no fuera directamente a la cara de los niños, por no hablar del olor que acababa impregnando la ropa.
Nuestros derechos terminan cuando empiezan los derechos de los demás. Ahora por fin han empezado los míos. Estas dos semanas he entrado en los bares mucho más que en el mismo periodo del año pasado, eso seguro. Ahora disfruto más de los bares.

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